domingo, 17 de marzo de 2013

Reflexión Noticia

Es de ponerse a pensar si realmente es necesario cursar el décimo segundo año académico y no de re estructurar o repensarse los modelos, y no sólo el académico sino el económico, familiar, social etc. En nuestro discurso no debe estar el de avanzar e incrementar sino el de reformar y mejorar, centrarse más en el valor del acompañamiento al joven pues al estar finalizando el año, y tener en mente otros temas a los cuales les da más prioridad, se enfrenta a una decisión apresurada sin previo consentimiento en muchos casos y al estar frente a la educación superior siente grandes vacíos y se cuestiona acerca de su elección. Buscar alternativas como preparar al graduando un año, con miras hacia la educación superior es brindarle posibilidad de una elección asertiva, sin desconocer que se puede pensar en la idea de incrementar un año, si éste se toma como un preuniversitario el cual familiarice a los estudiantes. Hay que preguntarse entonces por cuáles serán las condiciones en que estarán los estudiantes, la infraestructura, el personal y demás formas para así ofrecer calidad de vida a los mismos. Se pueden ver condiciones precarias, muchas instituciones no tienen el espacio suficiente para educar, grupos a veces hasta 60 estudiantes en un aula donde no todos tienen un proceso rápido y de asimilar temas que otros sí podrían hacerlo con facilidad. Trabajar en lo personal es otra forma de ofrecer estrategias para que no sea tan compleja la elección de un estudiante, además es formarlo para crear una consciencia ciudadana, social, necesaria para garantizar su autonomía a la hora de llegar a un campus universitario. Hacer convenios con instituciones para que éstas ofrezcan su oferta y expliquen de qué se tratan los programas, poder cuestionar al joven para que éste encuentre opciones de vida en lo que le están mostrando. En conclusión la educación no debe incrementar los años en los cuales se está educando,sino educar en los que ya están estipulados desde lo experiencial, lo lúdico, lo formativo, el empoderamiento del ser y del hacer.

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¿Colombia necesita el grado 12 de educación?

¿Colombia necesita el grado 12 de educación? Mientras rectores universitarios dicen que se reduciría la deserción de los pregrados, otros académicos creen que más que extender los ciclos se necesita repensar los modelos educativos. Mineducación estudia tres alternativas para incluir este un año extra. Por: Redacción Vivir La propuesta de que los colegiales del país cursen un año más de bachillerato y así lleguen más preparados a las instituciones de educación superior, que el Banco Mundial (BM) hizo la semana pasada al Gobierno, ha sido bien recibida por los maestros de colegios privados que trabajan bajo ese ciclo y por la Asociación Colombiana de Universidades (Ascún), que asegura que la medida disminuirá la deserción en las instituciones de educación superior. El documento Evaluaciones de políticas nacionales de educación: la educación superior en Colombia, presentado por el BM, en conjunto con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), les recomienda a los gobernantes del país introducir un grado extra de escolaridad o un “año puente” opcional entre los estudios secundarios y superiores, argumentando que la mayoría de bachilleres colombianos se gradúan a los 16 años (con dos y hasta tres años menos que el promedio de sus homólogos internacionales), sin tener aún claras sus aspiraciones, por lo cual “la deserción en las universidades es costosa para los estudiantes y para la sociedad”. De acuerdo a la ministra de Educación, María Fernanda Campo, “el sistema educativo colombiano necesita aumentar en un año la escolaridad”, por eso desde 2012 el Ministerio está evaluando tres alternativas: incrementar en un año la primaria, la básica media o anticipar el inicio del periodo escolar por el mismo tiempo. La evaluación se está desarrollando sobre el impacto financiero, en infraestructura y en calidad del aprendizaje, y se espera que en este año ya esté definido cuál sería la más viable. El país ya había conocido una propuesta similar de parte de la Alcaldía Distrital de Bogotá, cuando hace un año anunció que trabajaría en la implementación de un grado 12 opcional que los estudiantes podrían tomar a manera de preuniversitario, creando distintos énfasis en ciencias, humanidades y formación técnica. El proyecto, sumado a la reestructuración de la Universidad Distrital, se presupuestó en $2 billones. Todavía no es una realidad, pero la Secretaría de Educación explicó que desde 2011, y en convenio con el Sena, se pusieron en práctica programas piloto para evaluar la viabilidad de la propuesta en 27 colegios, capacitando a 5.000 jóvenes en programas técnicos y tecnológicos. Para el secretario general de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascún), Carlos Hernando Forero, no hay duda de que el grado 12 disminuiría la deserción en las universidades: “Los estudiantes comienzan sus carreras a los 15 años, con problemas de adaptación y sin perspectiva de vocación profesional. Eso hace que muchos no terminen el pregrado. Si se cursa el grado 12 podría pensarse en acortar el tiempo de las carreras, ya que los estudiantes vendrían desde el colegio con más fortalezas. Eso sucede en países como Gran Bretaña”. Pero, según Forero, no bastaría con extender el currículo tradicional en los colegios. La propuesta se convertiría en una oportunidad para que los jóvenes que quieran incursionar en la vida laboral reciban competencias para este desempeño y el trabajo en equipo, así como capacidades técnicas. También apoyan la propuesta quienes desde 17 colegios bilingües privados, con metodologías internacionales, han aplicado en Colombia (algunos desde hace más de cincuenta años) la formación en ciclos de escuela secundaria media y alta, completando 12 o 13 años de estudios. Es el caso de Yvette Jaspers, coordinadora de bachillerato internacional del Colegio Alemán de Medellín, quien afirma que gracias a que los estudiantes cursan hasta el grado 12, la mayoría van a la universidad seguros de la carrera que quieren y se mantienen hasta el fin del pregrado. En su trayectoria como docente, Jaspers ha observado que un grado más permite adquirir una experiencia académica y personal que favorece el ingreso a la universidad: “A medida que se va avanzando en la parte educativa, se consiguen más habilidades para la vida adulta; de esa forma ellos podrán resolver mejor sus problemas y tomar decisiones con más determinación”. A Jaspers, que se educó en Alemania, le sorprende que en Colombia los padres quieran que los niños aprendan a leer a los 3 años y terminen el colegio a los 15, cuando en su país el proceso tarda más, pero da mejores resultados: “Tenemos más años de escolaridad, pero mayor número de profesionales que están en el mundo laboral”, señala. Un minuto para pensar la propuesta Para el presidente de la Asociación Distrital de Educadores de Bogotá, William Agudelo, valdría la pena tomarse unos minutos y pensar bien en lo que podría implicar esta propuesta, frente a la que se declara en desacuerdo. Agudelo afirma que hay que tener en cuenta que la infraestructura disponible no alcanzaría para ubicar a todos los jóvenes, pues “muchos colegios no tienen la capacidad física para acoger por un año más a los estudiantes de once y se estaría corriendo el riesgo de que no haya cupos para nuevos alumnos”. Además, “muchos estudiantes quieren salir pronto del colegio porque necesitan trabajar. Otros quieren ingresar rápido a la educación superior, de manera que no es justo que deban hacer otro año”, argumenta el docente, y añade que no entiende cómo el Ministerio de Educación podría realizar ese cambio en el sistema, cuando en la Ley General de Educación (115 de 1992) no se contempla el grado doce. Agudelo propone que el Gobierno fortalezca a la universidad pública estatal y articular el grado 11 con centros de educación superior, así se podría crear una especie de preuniversitario que permita a los jóvenes iniciar una carrera teniendo conocimiento lo que van a enfrentar, “así podrían atacar la deserción”, agrega. Manuel Mejía salió a los 16 años del Colegio Ferrini en Medellín. Un año después es el alcalde joven de la ciudad. Respecto a la propuesta de un grado más en el bachillerato cree que “no se justifica”, ya que “teniendo en cuenta la baja calidad del sistema educativo actual, sería repetir los mismos errores”, aunque espera que una vez las condiciones de los colegios mejoren, la medida se pueda implementar. Colombia Hernández, investigadora y docente de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia y quien ha concentrado parte de sus estudios en analizar la deserción en las universidades, se toma también unos instantes para pensar en la propuesta y concluye: “Se corre el riesgo de hacer un cambio injustificado. No es hablar de extender el ciclo académico, sino de la manera como se piensa trabajar en ese tiempo extra. Si no se hace un análisis crítico y detallado de este propósito no se va a beneficiar sino a agravar la situación”. Al preguntarle si está de acuerdo con la afirmación de que a los 16 años no se tiene clara la vocación profesional, responde: “La edad cronológica no garantiza la edad mental, y viceversa, así que más que la edad en que se gradúan sus bachilleres, lo que debe cuidar el país es que sus sistemas educativos, en todas las áreas, se desarrollen plenamente”. Por: Redacción Vivir http://www.elespectador.com/noticias/economia/articulo-401823-colombia-necesita-el-grado-12-de-educacion

domingo, 3 de marzo de 2013

Mi nombre es Fanny García Henao, soy estudiante del  grupo 2 A de la Escuela Normal Superior Antioqueña  y soy coordinadora Docente del Centro Integral Educativo Alegres y Traviesos